La Cebolla (allium cepa)
La Cebolla, Allium Cepa, es planta hortense, liliácea, cuya raíz del mismo nombre es comestible
y está provista de una cepa o bulbo.
Es condición humana tener en menosprecio aquello que utilizamos a diario o que poseemos en
abundancia, y eso nos pasa con la Cebolla; pero es lo cierto que no hay campesino que no la utilice para
remedio.
En siglos pasados, la Cebolla tenía un lugar preferente en el altar de los iniciados y Pitágoras
escribió un libro voluminoso sobre esta planta alimenticia. Es cierto que al estudiar la obra de Pitágoras,
no sabemos si se trata de la Cebolla que usamos a diario o si se refiere a algunas de las doscientas
cincuenta variedades que se conocen. Nosotros recordamos que las más sabrosas las hemos gustado en
Chile, donde son muy grandes y dulces.
Parece que la Cebolla nace en todas las zonas y todos los climas.
Los indios de América y los
negros de Africa la emplean en sus aplicaciones a la brujería, y hemos podido comprobar muchas veces
que lo hacen con resultado positivo…
Esta planta posee mucho ácido fosfórico, hierro, potasa, aceite etéreo, goma y un raro y baboso
semen que empleamos en alquimia. La farmacia hace un remedio para el cabello y cierto jarabe para la
tos, tónico a la vez.
La homeopatía la da como medicamento para la vista, pero ningún procedimiento se
ha podido extraer el Arcano, el principio activo, que nosotros manejamos para nuestros preparados. El
mismo jarabe a que nos referimos, lo hacen hervir cuatro horas, desconociendo que durante ese tiempo se
evapora lo único bueno y aprovechable. Paracelso da una fórmula de larga vida con el Arcano de
Cebollas y muchos ciegos han recobrado la vista mediante este Arcano.
En él se decía que en las lágrimas reside un principio o sustancia activa,
microbicida activísimo, que cura todas las heridas. Hay que tener en cuenta que la Cebolla provoca las
lágrimas y, por consecuencia, ese mismo principio curativo. Pero ahora resulta que no son sólo las
lagrimas las que disponen de esa sustancia, sino la mayoría de nuestras glándulas internas, y comiendo
cebollas es bastante para que en todo el cuerpo se haga una llamada y se movilicen esas fuerzas
medicinales.
De aquí que el vulgo diga: “Come cebollas y no te contagiarás…”
Unida a la miel, el
principio curativo se torna maravilloso…
Dr. KRUMM-HELLER - V. M
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