Para comprender un tema tan complejo como la Reencarnación,
es necesario que los Lectores sepan algunas cosas que además de ser
interesantes, hay de completar y simplificar en conceptos.
Askasis viene
de la palabra sánscrita akasha, que significa "Gran Memoria" o "Memoria
Universal", aunque se usa para designar también el estado de la materia
en su más alto estado vibratorio perceptible por la consciencia. Existen
dos Áskasis que nos interesan conocer, tanto para encarar la cuestión
de la Reencarnación como para casi todos los factores esotéricos que
tratemos en cierta profundidad. Un Áskasis es el Planetario y el otro
individual, personal de cada Ser.
El Áskasis personal es el Alma, cuerpo magnético de alta
vibración y forma ovoide, compuesto de ocho Esferas de Consciencia.
Estas son Amor, Inteligencia, Voluntad, Pureza (ó Verdad y
Perfección), Abundancia (ó Suministro y Riqueza), Vida (ó Salud),
Transmutación (ó Perdón y Evolución) y Eternidad (ó Vida Eterna).
Estas Esferas de Consciencia del Alma son correspondientes con
los Ocho Principios Universales, que se exponen y explican ampliamente
en el Libro "TABVLA MAXIMA HIPERBOREA". En ese sentido, somos "a
imagen y semejanza del Creador Universal", lo cual es muy diferente
al sentido de la expresión bíblica "a nuestra imagen y semejanza",
extraído de las palabras de un "dios" que no es precisamente un Creador Universal, sino un creador de hombres mortales por degeneración o
manipulación genética de sus propios clones. Dejemos este asunto para
más adelante, y volvamos con la anatomía del Alma.
En el Alma se acumulan todos los conocimientos, en forma de
síntesis, es decir como "experiencia". Una vez que dicha experiencia
vuelve a ser procesada por un consciente cerebral, ésta se desenvuelve
o "decodifica" de modo análogo al que en informática se descomprime
un archivo "ZIP". Entonces aparecen todos los elementos que crearon
dicha experiencia. Es decir que la memoria de nuestra Alma (ella misma
es toda una memoria), contiene la información de todo lo percibido por
cualquier medio a lo largo de toda nuestra evolución, desde que éramos
un simple mineral, pasando luego por los Reinos Vegetal y Animal, hasta
llegar a ser Humanos. Si quisiéramos calcular la cantidad de información
-en Megabyts- que ha acumulado un Alma, la cifra sería tan grande que
no alcanzarían las matemáticas aplicadas a mediciones astronómicas.
Nada se ha perdido de todas las percepciones magnéticas,
táctiles, auditivas, visuales, gustativas, olfativas, intuitivas, telepáticas o
de cualquier índole (según los órganos y mecanismos de percepción
desarrollados en cualquier encarnación y en cualquier especie a lo largo
de su evolución). Tampoco se han perdido los resultados de esas
percepciones, los procesos realizados con ellas, ni se ha perdido en el
Alma la capacidad que ha ido desarrollando para aprender a manifestar
los Sentimientos (las cualidades propias del Alma Pura) y a manejarnos
en diferentes medios. Este conjunto de memoria se llama "DHARMA",
que no es necesariamente lo opuesto al KARMA, como muchas
personas creen.
El Karma y el Dharma son cosas diferentes y no necesariamente
opuestas.
Hay un "Dharma negativo" que es la experiencia mal
procesada, las negatividades anti-evolutivas, desarrolladas por
incomprensión de las experiencias, por generación de "yoes
psicológicos" y por otros elementos que no hacen al Alma propiamente,
sino a las PERSONALIDADES con las que ésta se desenvuelve en el
mundo. Pero también hay un "Dharma positivo", que constituye la casi
totalidad de la memoria del Alma, por ser experiencia aprovechable en la
evolución. En síntesis extrema, podemos definir al Dharma como
"experiencia del Alma" y al Karma como "deudas y haberes con el
mundo". Por lo tanto hay también un "Karma negativo" y un "Karma
positivo".
El Karma en si, no es más que la relación del Ser con el
Universo, bajo la Ley de Causa y Efecto, que nos vincula
inexorablemente con lo externo, con el mundo y el Universo todo,
mientras que el Dharma es el capital de experiencias, producto de las constantes variaciones y balances del Karma que generamos y de las
reacciones (elecciones) que tengamos ante dicho Karma. Si en vez de
aprender de las experiencias optamos por olvidarlas a la fuerza, no les
damos valor o generamos odios, miedos y vicios, el Karma se aumenta
negativamente, influyendo también en el Dharma, haciendo que el Alma
tenga más dificultades en procesar las vivencias.
Pero volvamos al Áskasis: Así como nosotros tenemos ese
Áskasis propio, también lo tiene el Mundo, que es un Ser Viviente con
muchísima más evolución que nosotros. En tal caso se trata del Anima
Mundi o Alma del Mundo, que no hay que confundir con el Logos, que
es el Ego del Mundo. El Reino Natural al que pertenecen los Planetas es
algo extraordinariamente complejo. Si bien primero debieron existir los
planetas para dar lugar a la evolución de infinidad de especies, ellos
también empezaron como una pequeña chispa de Consciencia Divina,
como todos los Seres, pero por ahora nos sujetaremos a la cuestión
askásica, sin ahondar en el inmenso terreno de la cosmogénesis.
El Áskasis Planetario se ubica materialmente, en el campo
magnético de la Tierra. Contiene toda la información de todo lo que ha
ocurrido y ocurre sobre ella.
Es el "Libro de la Vida" del que hablan los
Libros Sagrados más antiguos. Si decodificásemos su clave tendríamos
acceso a Toda la Historia del Planeta. Esto ya se ha hecho en 1976 y se
nos ocultan los resultados. Todas las estructuras políticas, religiosas y
económicas se caerían si se supiese masivamente la Verdadera Historia.
Cuando podemos conectar nuestro Áskasis personal con el Áskasis
Planetario, nos unimos a la consciencia del Planeta y entonces ocurre
una serie de fenómenos muy curiosos.
Estos fenómenos se dan en diferentes "lugares de poder", donde
confluyen varios factores magnéticos y ambientales, como también en
los Templos antiguos, que fueron construidos con conocimientos físicos
superiores a los actuales.
En ellos se procesaba la energía telúrica para
diferentes usos, desde simple producción de electricidad hasta la
transformación personal y para producir fenómenos específicos. Uno de
esos fenómenos, es justamente la lectura del Áskasis Planetario. En
otras palabras, la observación de la historia como si uno estuviese allí
mismo. Más fuerte y claro es el fenómeno cuanto mejores son las
condiciones de la persona y más armónica se encuentra con el Alma del
Mundo. Como actualmente todos los Templos (verdaderos circuitos
electrónicos en macroescala) están derruidos, incompletos, estropeados
y para colmo nuestra ciencia oficial desconoce estas cosas, no hay un
orden ni método para reproducir estos fenómenos que tienen pocas veces ocasión de experimentarse. Podemos decir que los Templos
antiguos son "máquinas estropeadas".
Por otra parte, los pocos científicos que conocen estas cuestiones
se ven muy limitados para poder hacer alguna mejora y recomposición
de esos "aparatos" geoenergéticos. ¿Qué ocurriría si de repente se
supiera toda la historia del Planeta?.
Imagine el Lector que se descubren
los verdaderos hechos, y no los que nos pintan los ganadores de todas
las confrontaciones, que no han sido precisamente ni los más sabios, ni
los más solidarios, ni los más ejemplares ética y moralmente.
La mayor parte de las guerras de esta humanidad mortal, la han
ganado los más arteros, los traidores, los inescrupulosos, los más
despiadados asesinos que no midieron recursos a la hora de destruir,
masacrar, eliminar definitivamente todo impedimento para sus más
delirantes planes de poder. Imagine el lector que tiene acceso a la
información exacta de los hechos y con un poco de trabajo extra logra
deducir las intenciones de los protagonistas. Leyendo el Áskasis
Planetario encuentra que puede (con la preparación adecuada) observar
el plano emocional y mental de cualquier individuo seleccionado en la
Historia, o que puede el observador "meterse" por un momento en el
campo emocional del sujeto elegido (digamos: Artajerjes, Confucio,
Buda, Jesús el Cristo, Nerón, Cleopatra, Colón, Napoleón, Caupolicán,
Hitler, Churchill, la Madre Teresa...)
Las personas informadas a través de intensos años de
investigación científica interdisciplinaria, periodística y psicológica, nos
atrevemos a revelar lo que ocurriría si tal avance fuera posible. Pues la
respuesta es la siguiente: No ocurriría gran cosa en lo inmediato. No se
removería ningún cimiento repentinamente, no tendrían nada que temer
los actuales dueños del mundo... A menos que esos descubrimientos se
difundieran masivamente de una manera tal que los tecnócratas esclavos
de los poderes reinantes, no sólo no pudieran impedirlo, sino que
también buena parte de ellos "se diera vuelta" y decidiese obrar con
espíritu propio, poniéndose por encima del miedo a sus jefes.
Lamentablemente, pocos tecnócratas escapan a la influencia de
los lavados de cabeza y polarización efectuada por los mandos políticos
y militares, que están también, a su vez, a órdenes de los dueños de la
economía mundial. La humanidad mortal no es una disciplinada "Horda
Furiosa" como las hordas hiperbóreas de la antigüedad, donde cada
individuo respondía a un mandato de su propia consciencia -fundada en
un conocimiento real- antes que al mando militar. Hoy los ejércitos,
desde hace un par de milenios, obedecen a sus mandos por odio e ignorancia, por dinero o por miedo al castigo, y no por consciencia ni por
ideales y honor.
Hoy no tenemos la máquina adecuada para decodificar el campo
magnético terrestre, tal como lo hace un grabador con la cinta magnética,
tal como lo hacían los antiguos Templos egipcios de Luxor, Karnak,
Déndera y otros "Oráculos" en diversas partes del mundo. Pero sabemos
que tal máquina ha sido construida y probada.
Ruego al Lector me
ahorre detalles, que resultan demasiado comprometedores y difíciles de
probar materialmente. Sin embargo, tenemos los esoteristas el
conocimiento obtenido por nuestro propio desarrollo, más la enseñanza y
experiencia de nuestros Maestros, dedicadas a la investigación holística,
en la cual hemos desarrollado una potente capacidad deductiva, de
modo que tampoco necesitamos ya de "la máquina que lee el tiempo"
para saber las cosas más importantes.
Aunque ciertamente sería
maravilloso disponer de los Antiguos Templos para hacer nuestros
procesos Ascensionales y perfeccionar el rumbo de nuestra evolución,
no bajo pautas "místicas", sino científicas.
El Libro de la Vida está, de todas maneras, escrito en muchos
libros, de los cuales algunos -los más importantes- han sido celosamente
cuidados y protegidos de las quemas y persecuciones. Ahora lo difícil no
es cuidar esos libros, sino hacerlos llegar a un público sometido a
quinientos "libros-basura" por cada libro útil que pueda escribirse.
Los
libros-basura son esos que distorsionan completamente la historia,
machacando sobre los mismos arquetipos diabólicos con que se somete
a la humanidad de mil maneras, manteniéndola en la "Rueda de
Samsara" o Rueda de Reencarnaciones. Soy consciente que la
influencia de un libro como éste, es irrisoria para los Dueños del Mundo,
pero también sé que una sola persona que logre escapar a los grandes
engaños históricos y actuales, puede valer muy bien todos los esfuerzos.
También se que basta una persona que consiga salir de la depresión y
reorientar su vida mediante la comprensión de esa Escatología Natural,
de la Realidad de la Reencarnación, para justificar todo el trabajo.
Antes de seguir, a fin de no generar confusiones en los esoteristas
avanzados ni alentar falsas expectativas en los neófitos que recién están
aprendiendo sobre estas cuestiones, quiero aclarar que si bien la
Reencarnación es una especie de "parche" que la Naturaleza ha
dispuesto para que no se pierdan los Seres y la evolución que estos
llevan a través de eones, por causa de esa desgracia que es la muerte,
tampoco es algo que debiera ser constante y general.
La muerte es el
truncamiento de un proceso cuya culminación debería ser la Ascensión
al Reino Natural que sigue al Humano en orden evolutivo, pero que al producirse la enfermedad y la muerte, obliga a un retorno a la vida en
este Reino Humano No obstante, es lo que hay por ahora: Una
oportunidad de "repetir el curso", pero con muy pocas ventajas y
muchísimos inconvenientes, que iré exponiendo oportunamente.
A fin de hacer comprensible todas estas cuestiones, voy a
describir mis vivencias, con las que muchísimas personas se sentirán
identificadas, sirviéndoles de base para mayores comprensiones de sus
propias experiencias, así como consuelo ante las desesperaciones
habituales de ver como "se pierden" sus seres queridos. A los sufrientes
por la muerte de sus familiares, les digo que nada se ha perdido de ellos,
más que la vestimenta material del Ser.
Es normal que suframos por la
pérdida temporal del contacto con todos los que amamos, pero dicha
pérdida no es definitiva. Ni "deja de existir" el Ser verdadero -como tan
ignorantemente rezan los avisos fúnebres-, ni es una perdida para
siempre del contacto con los demás Seres. No sólo por la razón de que
volveremos a encarnar con relaciones karmáticas que suelen
mantenernos unidos durante varias encarnaciones por diversas
afinidades, sino que nada en la inmensidad del Universo se pierde (y eso
es una Ley tanto física como metafísica). El Karma hará que volvamos a
encontrar a quienes amamos de verdad, de la misma manera que se
vuelve a encontrar a aquellos con los que se tiene relación de miedo o de
odio, a menos que uno de ambos supere esas lacras en su propia
psicología, con lo cual la diferencia vibracional impedirá el reencuentro.
Tomar consciencia de ello significa vivir con menos agobio espiritual, con
más tranquilidad respecto a los que mueren, así como seguridad de no
volver a encontrar a nuestros enemigos, a menos que estos también
hayan depuesto su odio. En fin el alivio inmenso que produce en lo
psicológico y en lo concreto toda comprensión de lo que realmente ES,
en la Naturaleza Perfecta del Universo.
Ramiro de Granada
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