sábado, 1 de junio de 2019

REENCARNACIÓN Y EL VIAJE ASTRAL - EL ASKASIS Y LA ANATOMÍA ESPIRITUAL




Para comprender un tema tan complejo como la Reencarnación, es necesario que los Lectores sepan algunas cosas que además de ser interesantes, hay de completar y simplificar en conceptos. 
Askasis viene de la palabra sánscrita akasha, que significa "Gran Memoria" o "Memoria Universal", aunque se usa para designar también el estado de la materia en su más alto estado vibratorio perceptible por la consciencia. Existen dos Áskasis que nos interesan conocer, tanto para encarar la cuestión de la Reencarnación como para casi todos los factores esotéricos que tratemos en cierta profundidad. Un Áskasis es el Planetario y el otro individual, personal de cada Ser. 

 El Áskasis personal es el Alma, cuerpo magnético de alta vibración y forma ovoide, compuesto de ocho Esferas de Consciencia. Estas son Amor, Inteligencia, Voluntad, Pureza (ó Verdad y Perfección), Abundancia (ó Suministro y Riqueza), Vida (ó Salud), Transmutación (ó Perdón y Evolución) y Eternidad (ó Vida Eterna). Estas Esferas de Consciencia del Alma son correspondientes con los Ocho Principios Universales, que se exponen y explican ampliamente en el Libro "TABVLA MAXIMA HIPERBOREA". En ese sentido, somos "a imagen y semejanza del Creador Universal", lo cual es muy diferente al sentido de la expresión bíblica "a nuestra imagen y semejanza", extraído de las palabras de un "dios" que no es precisamente un Creador Universal, sino un creador de hombres mortales por degeneración o manipulación genética de sus propios clones. Dejemos este asunto para más adelante, y volvamos con la anatomía del Alma. 

 En el Alma se acumulan todos los conocimientos, en forma de síntesis, es decir como "experiencia". Una vez que dicha experiencia vuelve a ser procesada por un consciente cerebral, ésta se desenvuelve o "decodifica" de modo análogo al que  en informática  se descomprime un archivo "ZIP". Entonces aparecen todos los elementos que crearon dicha experiencia. Es decir que la memoria de nuestra Alma (ella misma es toda una memoria), contiene la información de todo lo percibido por cualquier medio a lo largo de toda nuestra evolución, desde que éramos un simple mineral, pasando luego por los Reinos Vegetal y Animal, hasta llegar a ser Humanos. Si quisiéramos calcular la cantidad de información -en Megabyts- que ha acumulado un Alma, la cifra sería tan grande que no alcanzarían las matemáticas aplicadas a mediciones astronómicas. 

 Nada se ha perdido de todas las percepciones magnéticas, táctiles, auditivas, visuales, gustativas, olfativas, intuitivas, telepáticas o de cualquier índole (según los órganos y mecanismos de percepción desarrollados en cualquier encarnación y en cualquier especie a lo largo de su evolución). Tampoco se han perdido los resultados de esas percepciones, los procesos realizados con ellas, ni se ha perdido en el Alma la capacidad que ha ido desarrollando para aprender a manifestar los Sentimientos (las cualidades propias del Alma Pura) y a manejarnos en diferentes medios. Este conjunto de memoria se llama "DHARMA", que no es necesariamente lo opuesto al KARMA, como muchas personas creen. El Karma y el Dharma son cosas diferentes y no necesariamente opuestas. 

Hay un "Dharma negativo" que es la experiencia mal procesada, las negatividades anti-evolutivas, desarrolladas por incomprensión de las experiencias, por generación de "yoes psicológicos" y por otros elementos que no hacen al Alma propiamente, sino a las PERSONALIDADES con las que ésta se desenvuelve en el mundo. Pero también hay un "Dharma positivo", que constituye la casi totalidad de la memoria del Alma, por ser experiencia aprovechable en la evolución. En síntesis extrema, podemos definir al Dharma como "experiencia del Alma" y al Karma como "deudas y haberes con el mundo". Por lo tanto hay también un "Karma negativo" y un "Karma positivo". 

El Karma en si, no es más que la relación del Ser con el Universo, bajo la Ley de Causa y Efecto, que nos vincula inexorablemente con lo externo, con el mundo y el Universo todo, mientras que el Dharma es el capital de experiencias, producto de las constantes variaciones y balances del Karma que generamos y de las reacciones (elecciones) que tengamos ante dicho Karma. Si en vez de aprender de las experiencias optamos por olvidarlas a la fuerza, no les damos valor o generamos odios, miedos y vicios, el Karma se aumenta negativamente, influyendo también en el Dharma, haciendo que el Alma tenga más dificultades en procesar las vivencias. 

Pero volvamos al Áskasis: Así como nosotros tenemos ese Áskasis propio, también lo tiene el Mundo, que es un Ser Viviente con muchísima más evolución que nosotros. En tal caso se trata del Anima Mundi o Alma del Mundo, que no hay que confundir con el Logos, que es el Ego del Mundo. El Reino Natural al que pertenecen los Planetas es algo extraordinariamente complejo. Si bien primero debieron existir los planetas para dar lugar a la evolución de infinidad de especies, ellos también empezaron como una pequeña chispa de Consciencia Divina, como todos los Seres, pero por ahora nos sujetaremos a la cuestión askásica, sin ahondar en el inmenso terreno de la cosmogénesis. El Áskasis Planetario se ubica materialmente, en el campo magnético de la Tierra. Contiene toda la información de todo lo que ha ocurrido y ocurre sobre ella. 

Es el "Libro de la Vida" del que hablan los Libros Sagrados más antiguos. Si decodificásemos su clave tendríamos acceso a Toda la Historia del Planeta. Esto ya se ha hecho en 1976 y se nos ocultan los resultados. Todas las estructuras políticas, religiosas y económicas se caerían si se supiese masivamente la Verdadera Historia. Cuando podemos conectar nuestro Áskasis personal con el Áskasis Planetario, nos unimos a la consciencia del Planeta y entonces ocurre una serie de fenómenos muy curiosos. Estos fenómenos se dan en diferentes "lugares de poder", donde confluyen varios factores magnéticos y ambientales, como también en los Templos antiguos, que fueron construidos con conocimientos físicos superiores a los actuales. 

En ellos se procesaba la energía telúrica para diferentes usos, desde simple producción de electricidad hasta la transformación personal y para producir fenómenos específicos. Uno de esos fenómenos, es justamente la lectura del Áskasis Planetario. En otras palabras, la observación de la historia como si uno estuviese allí mismo. Más fuerte y claro es el fenómeno cuanto mejores son las condiciones de la persona y más armónica se encuentra con el Alma del Mundo. Como actualmente todos los Templos (verdaderos circuitos electrónicos en macroescala) están derruidos, incompletos, estropeados y para colmo nuestra ciencia oficial desconoce estas cosas, no hay un orden ni método para reproducir estos fenómenos que tienen pocas veces ocasión de experimentarse. Podemos decir que los Templos antiguos son "máquinas estropeadas". Por otra parte, los pocos científicos que conocen estas cuestiones se ven muy limitados para poder hacer alguna mejora y recomposición de esos "aparatos" geoenergéticos. ¿Qué ocurriría si de repente se supiera toda la historia del Planeta?. 

Imagine el Lector que se descubren los verdaderos hechos, y no los que nos pintan los ganadores de todas las confrontaciones, que no han sido precisamente ni los más sabios, ni los más solidarios, ni los más ejemplares ética y moralmente. La mayor parte de las guerras de esta humanidad mortal, la han ganado los más arteros, los traidores, los inescrupulosos, los más despiadados asesinos que no midieron recursos a la hora de destruir, masacrar, eliminar definitivamente todo impedimento para sus más delirantes planes de poder. Imagine el lector que tiene acceso a la información exacta de los hechos y con un poco de trabajo extra logra deducir las intenciones de los protagonistas. Leyendo el Áskasis Planetario encuentra que puede (con la preparación adecuada) observar el plano emocional y mental de cualquier individuo seleccionado en la Historia, o que puede el observador "meterse" por un momento en el campo emocional del sujeto elegido (digamos: Artajerjes, Confucio, Buda, Jesús el Cristo, Nerón, Cleopatra, Colón, Napoleón, Caupolicán, Hitler, Churchill, la Madre Teresa...) 

 Las personas informadas a través de intensos años de investigación científica interdisciplinaria, periodística y psicológica, nos atrevemos a revelar lo que ocurriría si tal avance fuera posible. Pues la respuesta es la siguiente: No ocurriría gran cosa en lo inmediato. No se removería ningún cimiento repentinamente, no tendrían nada que temer los actuales dueños del mundo... A menos que esos descubrimientos se difundieran masivamente de una manera tal que los tecnócratas esclavos de los poderes reinantes, no sólo no pudieran impedirlo, sino que también buena parte de ellos "se diera vuelta" y decidiese obrar con espíritu propio, poniéndose por encima del miedo a sus jefes. 

Lamentablemente, pocos tecnócratas escapan a la influencia de los lavados de cabeza y polarización efectuada por los mandos políticos y militares, que están también, a su vez, a órdenes de los dueños de la economía mundial. La humanidad mortal no es una disciplinada "Horda Furiosa" como las hordas hiperbóreas de la antigüedad, donde cada individuo respondía a un mandato de su propia consciencia -fundada en un conocimiento real- antes que al mando militar. Hoy los ejércitos, desde hace un par de milenios, obedecen a sus mandos por odio e ignorancia, por dinero o por miedo al castigo, y no por consciencia ni por ideales y honor. Hoy no tenemos la máquina adecuada para decodificar el campo magnético terrestre, tal como lo hace un grabador con la cinta magnética, tal como lo hacían los antiguos Templos egipcios de Luxor, Karnak, Déndera y otros "Oráculos" en diversas partes del mundo. Pero sabemos que tal máquina ha sido construida y probada. 

Ruego al Lector me ahorre detalles, que resultan demasiado comprometedores y difíciles de probar materialmente. Sin embargo, tenemos los esoteristas el conocimiento obtenido por nuestro propio desarrollo, más la enseñanza y experiencia de nuestros Maestros, dedicadas a la investigación holística, en la cual hemos desarrollado una potente capacidad deductiva, de modo que tampoco necesitamos ya de "la máquina que lee el tiempo" para saber las cosas más importantes. 
Aunque ciertamente sería maravilloso disponer de los Antiguos Templos para hacer nuestros procesos Ascensionales y perfeccionar el rumbo de nuestra evolución, no bajo pautas "místicas", sino científicas. El Libro de la Vida está, de todas maneras, escrito en muchos libros, de los cuales algunos -los más importantes- han sido celosamente cuidados y protegidos de las quemas y persecuciones. Ahora lo difícil no es cuidar esos libros, sino hacerlos llegar a un público sometido a quinientos "libros-basura" por cada libro útil que pueda escribirse. 

Los libros-basura son esos que distorsionan completamente la historia, machacando sobre los mismos arquetipos diabólicos con que se somete a la humanidad de mil maneras, manteniéndola en la "Rueda de Samsara" o Rueda de Reencarnaciones. Soy consciente que la influencia de un libro como éste, es irrisoria para los Dueños del Mundo, pero también sé que una sola persona que logre escapar a los grandes engaños históricos y actuales, puede valer muy bien todos los esfuerzos. También se que basta una persona que consiga salir de la depresión y reorientar su vida mediante la comprensión de esa Escatología Natural, de la Realidad de la Reencarnación, para justificar todo el trabajo. 
 Antes de seguir, a fin de no generar confusiones en los esoteristas avanzados ni alentar falsas expectativas en los neófitos que recién están aprendiendo sobre estas cuestiones, quiero aclarar que si bien la Reencarnación es una especie de "parche" que la Naturaleza ha dispuesto para que no se pierdan los Seres y la evolución que estos llevan a través de eones, por causa de esa desgracia que es la muerte, tampoco es algo que debiera ser constante y general. 

La muerte es el truncamiento de un proceso cuya culminación debería ser la Ascensión al Reino Natural que sigue al Humano en orden evolutivo, pero que al producirse la enfermedad y la muerte, obliga a un retorno a la vida en este Reino Humano No obstante, es lo que hay por ahora: Una oportunidad de "repetir el curso", pero con muy pocas ventajas y muchísimos inconvenientes, que iré exponiendo oportunamente. A fin de hacer comprensible todas estas cuestiones, voy a describir mis vivencias, con las que muchísimas personas se sentirán identificadas, sirviéndoles de base para mayores comprensiones de sus propias experiencias, así como consuelo ante las desesperaciones habituales de ver como "se pierden" sus seres queridos. A los sufrientes por la muerte de sus familiares, les digo que nada se ha perdido de ellos, más que la vestimenta material del Ser. 

Es normal que suframos por la pérdida temporal del contacto con todos los que amamos, pero dicha pérdida no es definitiva. Ni "deja de existir" el Ser verdadero -como tan ignorantemente rezan los avisos fúnebres-, ni es una perdida para siempre del contacto con los demás Seres. No sólo por la razón de que volveremos a encarnar con relaciones karmáticas que suelen mantenernos unidos durante varias encarnaciones por diversas afinidades, sino que nada en la inmensidad del Universo se pierde (y eso es una Ley tanto física como metafísica). El Karma hará que volvamos a encontrar a quienes amamos de verdad, de la misma manera que se vuelve a encontrar a aquellos con los que se tiene relación de miedo o de odio, a menos que uno de ambos supere esas lacras en su propia psicología, con lo cual la diferencia vibracional impedirá el reencuentro. 

 Tomar consciencia de ello significa vivir con menos agobio espiritual, con más tranquilidad respecto a los que mueren, así como seguridad de no volver a encontrar a nuestros enemigos, a menos que estos también hayan depuesto su odio. En fin el alivio inmenso que produce en lo psicológico y en lo concreto toda comprensión de lo que realmente ES, en la Naturaleza Perfecta del Universo.

Ramiro de Granada

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