En los anales de la parapsicología existen infinidad de reportes de
cosas extrañas, clasificadas como telepatía, aparecidos, bolas de luz,
sincronismos extraordinarios (llamados "serendipias"), desapariciones
transdimensionales y un largo etcétera de fenómenos cuyo estudio se
hace dificil o imposible casi siempre, por la escasa duración de los
mismos. Sin embargo en Bélmez de la Moraleda (Pcia. de Jaén,
España), existe un fenómenos que comenzó el 23 de Agosto de 1971 y
ahora mismo, comenzando el año 2005, el asunto sigue en todo su vigor,
provocando discusiones entre los investigadores de la S.E.I.P. por una
parte (los que realmente trabajan y gastan dineros para llegar al fondo
del asunto) y ese puñado de gente que siempre opina y critica sin
conocimientos, nihilistas a ultranza que dicen ser "escépticos", sin
comprender que los verdaderos escépticos se dedican a investigar, en
vez que a criticar a los que lo hacen.
Habiendo fallecido la propietaria de
la casa el 03 de febrero de 2004, a quien se endilgaban la autoría de las
caras, éstas han seguido apareciendo.
Los nihilistas decían que las
dibujaba y algunos de los investigadores y parapsicólogos sospechaban
que producía el fenómeno con su mente. En ese caso se trataría de una
"teleplastia".
Por mi parte, sospeché desde 1981 (cuando supe del fenómeno
que ya llevaba diez años de existencia y conseguí suficiente información)
que los parapsicólogos tendrían razón. María Gómez Cámara podría
estar generando una especie de proyección mental (a modo de "Tulpa").
Pero en 1988, en la Sierra Pacaraima (al Sur de Venezuela) me
enseñaron los aborígenes una antigua mina donde a unos cuantos metros de la boca, sobre una pared de color amarillo calcáreo, se ve el
dibujo de un hombre arrodillado, con las manos en posición de súplica.
La mina, que se llamaba "Cachuita" y su propietario era un tal Angasto
Pérez, pero ahora abandonada, se llama "El Implorante". El hombre
dibujado es un minero que quedó dentro tras un derrumbe y fue
reconocido en el dibujo en 1978 por unos antiguos compañeros suyos.
No obstante, nadie ha querido remover los escombros, porque el
accidente ocurrió en octubre o noviembre de 1969 y saben que aquello
sólo puede ser una tumba.
La mina cobre, oro y blenda de Paramillos, en Argentina -
(abandonada hace varias décadas)- tiene también una historia muy
relacionada a esto. En la mina Sur se podía ver perfectamente a un
hombre sentado dibujado en una roca a unos doscientos pasos de la
boca, en una ramificación donde hay una grieta y un derrumbe. Unos
estudiantes de geología le echaron ácido clorhídrico y desapareció para
reaparecer en casi idéntica posición dos metros más adentro.
Al menos hasta 1994, se veía perfectamente el chorrón de ácido
de su antigua posición y el hombre sentado.
Esto me convenció de que
se trata de una manifestación Astral sobre la materia, puesto que ni allí ni
en la mina de El Implorante vive nadie que pueda mantener una
proyección psíquica, y en ambos casos no pasan de dos o tres la visitas
que reciben al año, de investigadores o exploradores.
Allí terminé de
formar mi teoría magnetotelúrica, pues que no se trata de una
"teleplastia", sino de una "psicoplastia", es decir que entran factores
psíquicos, pero no necesariamente proyectados por la mente de una
persona viva. Esto se confirma ahora una vez más, a un año de la
muerte de María Gómez Cámara, pues no sólo siguen ahí las caras en
Bélmez, sino que sigue produciéndose el proceso de transformación
lenta y han aparecido otras caras en una casa cercana.
Una hipótesis que sugieren las investigaciones documentales
realizadas y publicadas por Iker Jiménez y Luis Mariano Fernández (
´Tumbas sin Nombre`, edit. EDAF) , refrendadas con estudios técnicos
de la Policía Científica española; indica que varias de las caras
presentan enormes coincidencias físonómicas con los rostros de unos
familiares de María asesinados en la Guerra Civil española.
Pero cualquiera sea la razón histórica de la aparición de las caras
y/o las causas astrales, la manifestación física de las misma ha de
obedecer a algún tipo de catalizador de tipo "magnético", algún elemento
o fuerza sutil que relacione ambos planos (Astral y físico), a modo de
puente que permita esas apariciones.
MI TEORÍA GEOMAGNÉTICA
Descartando ya que se traten de proyecciones mentales de María
Gómez Cámara, se confirma su parecido con el fenómeno de "El
Implorante", donde parece haber causas magnético-telúricas, que
podrían y deberían ser consideradas, para estudiarse mediante
radiónica, radiestesia y/o rabdomancia.
Ya que estamos, permítanme aclarar estos términos:
El método científico propiamente dicho (usando gravímetros,
magnetómetros, espectrógrafos aéreos, radiosensores, etc.) es el
llamado "Radiónica", mientras que el intuitivo-instintivo se llama
"Rabdomancia" (Exige estar en el terreno, con varas, péndulos, etc., o
sin esos instrumentos). Un tercer método, consistente en pura intuición,
por mentalismo, y que se puede aplicar a distancia, sobre un mapa (con
péndulo o sin él) se llama "Radiestesia". (Los colores son sólo para
marcar las palabras, sin relación metafísica con el tema).
Yo mismo practico la Rabdomancia y la Radiónica, y muy
raramente la Radiestesia.
La Rabdomancia, como es intuitiva-instintiva,
no requiere de datos objetivos ni aparatos (salvo péndulos, una vara
acorde, etc., pero no obligatoriamente), sino de una técnica orgánica,
como deshidratarse un par de días si se desea buscar o marcar los
cursos de agua; "afinarse" una semana con un trozo del mineral que se
busca y luego dejarlo el día en que se lo busca en el terreno... y otras
técnicas por el estilo, a fin de sensibilizar nuestro propio organismo a un
determinado orden vibratorio, percibiendo luego las cosas por
diferenciación subconsciente.
Es decir por la carencia (como en los
casos que he explicado) o la sobrecarga (método menos recomendable y
complicado).
Pero si bien estos métodos intuitivo-instintivos me sirven y en la práctica
son verificables, no sólo interesa en estos asuntos como el caso Bélmez,
hacer una comprobación para nosotros, sino también -y de suma
importancia- tener elementos probatorios de todas y cada una de las
partes del hecho estudiado, a fin de poder analizarlo, llegar a
conclusiones y divulgarlo, con los fundamento que las ciencias
convencionales requieren. Ello facilita la comprensión y "apertura mental"
de los escépticos y la gente en general.
Al fin y al cabo, uno de los objetivos (tácito pero fundamental) de las
investigaciones parapsicológicas, es la didaxis posterior, sin la cual poco
sentido tendría una investigación en cualquier tema.
Un estudio geológico sería en este asunto lo más útil, para analizar los
fenómenos en cuanto a la teoría de transducción por diferencias vibracionales. Las Líneas Hartamann, aunque tienen importante
repercusión en el plano material y especialmente el orgánico, no suelen
ser suficientes para ninguna manifestación astral, puesto que hay una
enorme diferencia en la escala vibratoria, pero sí que pueden actuar
como coadyuvantes de estos procesos, en que la materia astral adquiere
características físicas.
Se trataría de un fenómeno "teleplástico" sólo en el caso de que María
hubiera sido realmente una catalizadora. Si María no era en modo alguno
responsable o colaboradora del fenómeno, deberíamos llamarle
"psicoplastia astral".
Ese medio físico, capaz de coadyuvar a que las energías psíquicas
(materia astral, en realidad), de un orden magnético muy sutil, se
manifiesten en imágenes visibles ¡Y además con movimiento!, pueden
ser ciertos minerales, como los cristales de talco muy bien formados
hasta la transparencia, cualquiera de la familia de los cuarzos cristalinos
pero incluyendo el amorfo de tipo "murrión", galena bien cristalizada (no
es transparente pero forma cubos perfectos), goethita en cualquiera de
sus formas y, en fin, otros minerales, generalmente en formas de cristal,
transparentes o no.
Estos fenómenos son bastante conocidos por los mineros de
profundidad en los garimpos de Brasil, Venezuela, Colombia, Bolivia y
Perú. Cuando alguien muere en una mina o una zona de cristales, tienen
mucho cuidado de sacar el cadáver para que el astral no se aparezca en
la mina y muchas veces han aparecido "pintados" en las paredes.
HIPÓTESIS:
Si se estudia el terreno alrededor de la casa de María en especial
y alrededor de la población en general, se hallarán formaciones
minerales muy curiosas. Algunas de ellas, si la hipótesis es correcta,
apuntarán sus vetas en los diámetros o largos mayores a la casa
directamente. Si no existen estudios geológicos de la región, al menos
han de haber referencias en el Ayuntamiento. También las muestras de
terreno de la excavación servirían como base para saber qué tipos de
minerales hay en el sector y con algunas deducciones puede saberse
qué conformación ha de presentarse en un área mayor. Sin ésta
influencia física, del orden de los 350 a 450 Hz emanados como
radiación en ultrafrecuencias por alguno de los conjuntos minerales hacia
la zona de los hechos, el fenómeno de Bélmez es difícil de concebir por
la "fuerza bruta" de la psiquis de una única persona.
El cuerpo humano tiene un promedio de 440 Hz, (que obviamente
no se considera "ultrafrecuencia") pero existe un sin fin de actividades celulares, especialmente en las neuronas, que estando en rangos muy
diferentes, se corresponden en la escala vibratoria universal con esas
octavas tan bajas del orden de unos pocos Herzios. Igual ocurre con
todos los seres, pero también con los minerales y con casi todo cuerpo
en el espacio. Se puede analizar un cristal de cuarzo y se verá que tiene
exactamente 440 Hz, sin embargo, si se analiza arqueométricamente
(con aparaterío un poco más caro) se comprueban radiaciones hasta en
35.200 Billones de c/s, o sea unos 35.200.000 Ghz.
Más allá del
ultravioleta y cerca de los Rayos X. Aquí ya estamos en el umbral del
plano Astral, aunque aún no del cuerpo Astral humano.
Pero haciendo un poco de cálculos, considerando que la pérdida
espectrométrica del cuarzo es aún de menos de la mitad (media vida) en
ese rango, debemos deducir que el cuarzo tiene una radiación que llega,
-siguiendo la progresión de la media vida- al orden de los quintillones de
Hz, entonces aquí llegamos al nivel de los rayos Gamma y un poco más.
Cuando los minerales entran en resonancia con otras
manifestaciones energéticas, dichas manifestaciones pueden
densificarse, es decir: Pueden recorrer la escala vibracional en sentido
contrario a la radiación, en la misma proporción que dicha radiación
alimenta a la manifestación energética. En realidad, un simple fenómeno
cibernético de transducción, en el que el mineral aportaría la energía y la
forma astral densificaría su expresión hasta plasmarse ¿Dónde?: En el
sílice del cemento. ¿Por qué en el sílice?.
Porque el cuerpo astral
humano tiene aproximadamente las mismas "notas" de la escala que el
cuarzo y que el cuerpo humano físico. Sería muy raro encontrar un
fenómeno de este tipo en maderas o metales; en tal caso habría que
hablar de teleplastia, más que de psicoplastia astral.
Si María Gómez Cámara no tenía realmente nada que ver con el
proceso, estaremos ante una fenómeno PARANORMAL muy natural (por
lo espontáneo, a pesar de lo raro) en que una serie de cascarones
astrales -sería muy difícil que fueran seres conscientes- se han hecho
visibles, densificándose hasta el orden vibratorio del sílice y en sintonía
con éste mineral.
Si María obraba de alguna manera, aportando algún elemento a la
transducción y al comportamiento de los cascarones astrales (mi criterio
es que así era, pero sólo como coadyuvante) y las caras se empiezan a
borrar, podríamos hablar de un fenómeno PARAPSICOLÓGICO, aparte
de ser simplemente "paranormal".
En este caso sí que podría tratarse de
Seres conscientes que estando en el Astral han podido ser alimentados
bioenergéticamente por María y de allí su relación con ella. Pero en
cualquier caso, y aún suponiendo que mi teoría estuviera completamente errada en sus causas, hay allí una cuestión FISICA, visible, en que la
materia (el cemento) ha variado su coloración, permitiendo una forma de
expresión desde el astral al físico.
EL AGUA: A veces su incidencia es benéfica y otras dañina.
El
agua, encima de sus características minerales, tiene una movilidad que
le permite traer, según los minerales por los que atraviesa, cargas de
iones pesados (acción dañina para los que vivan donde éstos se
amontonan), o de eliminarlos de un sitio determinado, arrastrándolos
hacia otros puntos (acción benéfica para los que vivan sobre el agua
circulante, donde ésta no deposita los iones). Por lo general, las napas
subterráneas que vienen desde lejos o las afloraciones, son muy
benignas, excepto cuando hay mucho hierro, casiterita, plomo o cobre.
El problema lo producen las napas de inmersión cercana, las
cañerías o cualquier conducto artificial, etc., porque el agua que sube a
la superficie adquiere muchos iones positivos (pesados) y los arrastra
hasta ciertos "remansos". Pero aparte de esto, en el caso de Bélmez,
independientemente de lo que pueda ser dañino o benéfico para la salud
humana, casi siempre el agua subterránea facilita los fenómenos
relacionados al plano Astral.
Alquímicamente, el Astral es "agua". Uno de los posibles usos de
la Pirámide de Keops era la permanencia para revitalización, mientras se
salía en astral (el faraón y los sacerdotes). ¿Qué tenemos en la Cámara
del Rey?. Pues una pila de agua (que sólo los cortos de capacidad
deductiva pueden llamar "sarcófago").
En todo caso pudo usarse como
bañera, puesto que el agua es "alimenticia" para el astral, y ayuda a
mantenerse en ese plano más tiempo sin perder consciencia, así como
ayuda a ciertos cascarones astrales a permanecer más tiempo vigentes.
No es así con el agua de mar o con aguas freáticas muy mineralizadas,
sino con el agua más o menos pura.
En Bélmez, si hay una napa cercana, constituiría un elemento muy
importante en este estudio. Sobre todo si más abajo del sitio de los
huesos, hubiera un pequeño lago o remanso. Aunque el agua allí se
renovara, los remansos son sitios de acumulación de iones pesados, las
corrientes magnéticas telúricas hacen ziceos (en especial las Líneas de
Hartmann, si las hay medianas), lo que produce la desorientación y otras
alteraciones cerebrales. Esperemos que los investigadores que están
sobre el caso, puedan conseguir buen material geológico.
Granada Ramiro
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