viernes, 26 de julio de 2019

REENCARNACIÓN Y EL VIAJE ASTRAL - LAS CARAS DE BÉLMEZ

En los anales de la parapsicología existen infinidad de reportes de cosas extrañas, clasificadas como telepatía, aparecidos, bolas de luz, sincronismos extraordinarios (llamados "serendipias"), desapariciones transdimensionales y un largo etcétera de fenómenos cuyo estudio se hace dificil o imposible casi siempre, por la escasa duración de los mismos. Sin embargo en Bélmez de la Moraleda (Pcia. de Jaén, España), existe un fenómenos que comenzó el 23 de Agosto de 1971 y ahora mismo, comenzando el año 2005, el asunto sigue en todo su vigor, provocando discusiones entre los investigadores de la S.E.I.P. por una parte (los que realmente trabajan y gastan dineros para llegar al fondo del asunto) y ese puñado de gente que siempre opina y critica sin conocimientos, nihilistas a ultranza que dicen ser "escépticos", sin comprender que los verdaderos escépticos se dedican a investigar, en vez que a criticar a los que lo hacen. 

Habiendo fallecido la propietaria de la casa el 03 de febrero de 2004, a quien se endilgaban la autoría de las caras, éstas han seguido apareciendo. 

Los nihilistas decían que las dibujaba y algunos de los investigadores y parapsicólogos sospechaban que producía el fenómeno con su mente. En ese caso se trataría de una "teleplastia". Por mi parte, sospeché desde 1981 (cuando supe del fenómeno que ya llevaba diez años de existencia y conseguí suficiente información) que los parapsicólogos tendrían razón. María Gómez Cámara podría estar generando una especie de proyección mental (a modo de "Tulpa"). Pero en 1988, en la Sierra Pacaraima (al Sur de Venezuela) me enseñaron los aborígenes una antigua mina donde a unos cuantos metros de la boca, sobre una pared de color amarillo calcáreo, se ve el dibujo de un hombre arrodillado, con las manos en posición de súplica. La mina, que se llamaba "Cachuita" y su propietario era un tal Angasto Pérez, pero ahora abandonada, se llama "El Implorante". El hombre dibujado es un minero que quedó dentro tras un derrumbe y fue reconocido en el dibujo en 1978 por unos antiguos compañeros suyos. 

No obstante, nadie ha querido remover los escombros, porque el accidente ocurrió en octubre o noviembre de 1969 y saben que aquello sólo puede ser una tumba. La mina cobre, oro y blenda de Paramillos, en Argentina - (abandonada hace varias décadas)- tiene también una historia muy relacionada a esto. En la mina Sur se podía ver perfectamente a un hombre sentado dibujado en una roca a unos doscientos pasos de la boca, en una ramificación donde hay una grieta y un derrumbe. Unos estudiantes de geología le echaron ácido clorhídrico y desapareció para reaparecer en casi idéntica posición dos metros más adentro. Al menos hasta 1994, se veía perfectamente el chorrón de ácido de su antigua posición y el hombre sentado. 

Esto me convenció de que se trata de una manifestación Astral sobre la materia, puesto que ni allí ni en la mina de El Implorante vive nadie que pueda mantener una proyección psíquica, y en ambos casos no pasan de dos o tres la visitas que reciben al año, de investigadores o exploradores. 
Allí terminé de formar mi teoría magnetotelúrica, pues que no se trata de una "teleplastia", sino de una "psicoplastia", es decir que entran factores psíquicos, pero no necesariamente proyectados por la mente de una persona viva. Esto se confirma ahora una vez más, a un año de la muerte de María Gómez Cámara, pues no sólo siguen ahí las caras en Bélmez, sino que sigue produciéndose el proceso de transformación lenta y han aparecido otras caras en una casa cercana. 

Una hipótesis que sugieren las investigaciones documentales realizadas y publicadas por Iker Jiménez y Luis Mariano Fernández ( ´Tumbas sin Nombre`, edit. EDAF) , refrendadas con estudios técnicos de la Policía Científica española; indica que varias de las caras presentan enormes coincidencias físonómicas con los rostros de unos familiares de María asesinados en la Guerra Civil española. Pero cualquiera sea la razón histórica de la aparición de las caras y/o las causas astrales, la manifestación física de las misma ha de obedecer a algún tipo de catalizador de tipo "magnético", algún elemento o fuerza sutil que relacione ambos planos (Astral y físico), a modo de puente que permita esas apariciones. 

  MI TEORÍA GEOMAGNÉTICA 

Descartando ya que se traten de proyecciones mentales de María Gómez Cámara, se confirma su parecido con el fenómeno de "El Implorante", donde parece haber causas magnético-telúricas, que podrían y deberían ser consideradas, para estudiarse mediante radiónica, radiestesia y/o rabdomancia. Ya que estamos, permítanme aclarar estos términos: El método científico propiamente dicho (usando gravímetros, magnetómetros, espectrógrafos aéreos, radiosensores, etc.) es el llamado "Radiónica", mientras que el intuitivo-instintivo se llama "Rabdomancia" (Exige estar en el terreno, con varas, péndulos, etc., o sin esos instrumentos). Un tercer método, consistente en pura intuición, por mentalismo, y que se puede aplicar a distancia, sobre un mapa (con péndulo o sin él) se llama "Radiestesia". (Los colores son sólo para marcar las palabras, sin relación metafísica con el tema). 
Yo mismo practico la Rabdomancia y la Radiónica, y muy raramente la Radiestesia. 

La Rabdomancia, como es intuitiva-instintiva, no requiere de datos objetivos ni aparatos (salvo péndulos, una vara acorde, etc., pero no obligatoriamente), sino de una técnica orgánica, como deshidratarse un par de días si se desea buscar o marcar los cursos de agua; "afinarse" una semana con un trozo del mineral que se busca y luego dejarlo el día en que se lo busca en el terreno... y otras técnicas por el estilo, a fin de sensibilizar nuestro propio organismo a un determinado orden vibratorio, percibiendo luego las cosas por diferenciación subconsciente. 

Es decir por la carencia (como en los casos que he explicado) o la sobrecarga (método menos recomendable y complicado). Pero si bien estos métodos intuitivo-instintivos me sirven y en la práctica son verificables, no sólo interesa en estos asuntos como el caso Bélmez, hacer una comprobación para nosotros, sino también -y de suma importancia- tener elementos probatorios de todas y cada una de las partes del hecho estudiado, a fin de poder analizarlo, llegar a conclusiones y divulgarlo, con los fundamento que las ciencias convencionales requieren. Ello facilita la comprensión y "apertura mental" de los escépticos y la gente en general. Al fin y al cabo, uno de los objetivos (tácito pero fundamental) de las investigaciones parapsicológicas, es la didaxis posterior, sin la cual poco sentido tendría una investigación en cualquier tema. 

Un estudio geológico sería en este asunto lo más útil, para analizar los fenómenos en cuanto a la teoría de transducción por diferencias vibracionales. Las Líneas Hartamann, aunque tienen importante repercusión en el plano material y especialmente el orgánico, no suelen ser suficientes para ninguna manifestación astral, puesto que hay una enorme diferencia en la escala vibratoria, pero sí que pueden actuar como coadyuvantes de estos procesos, en que la materia astral adquiere características físicas. Se trataría de un fenómeno "teleplástico" sólo en el caso de que María hubiera sido realmente una catalizadora. Si María no era en modo alguno responsable o colaboradora del fenómeno, deberíamos llamarle "psicoplastia astral". 

Ese medio físico, capaz de coadyuvar a que las energías psíquicas (materia astral, en realidad), de un orden magnético muy sutil, se manifiesten en imágenes visibles ¡Y además con movimiento!, pueden ser ciertos minerales, como los cristales de talco muy bien formados hasta la transparencia, cualquiera de la familia de los cuarzos cristalinos pero incluyendo el amorfo de tipo "murrión", galena bien cristalizada (no es transparente pero forma cubos perfectos), goethita en cualquiera de sus formas y, en fin, otros minerales, generalmente en formas de cristal, transparentes o no. Estos fenómenos son bastante conocidos por los mineros de profundidad en los garimpos de Brasil, Venezuela, Colombia, Bolivia y Perú. Cuando alguien muere en una mina o una zona de cristales, tienen mucho cuidado de sacar el cadáver para que el astral no se aparezca en la mina y muchas veces han aparecido "pintados" en las paredes. 

  HIPÓTESIS:

Si se estudia el terreno alrededor de la casa de María en especial y alrededor de la población en general, se hallarán formaciones minerales muy curiosas. Algunas de ellas, si la hipótesis es correcta, apuntarán sus vetas en los diámetros o largos mayores a la casa directamente. Si no existen estudios geológicos de la región, al menos han de haber referencias en el Ayuntamiento. También las muestras de terreno de la excavación servirían como base para saber qué tipos de minerales hay en el sector y con algunas deducciones puede saberse qué conformación ha de presentarse en un área mayor. Sin ésta influencia física, del orden de los 350 a 450 Hz emanados como radiación en ultrafrecuencias por alguno de los conjuntos minerales hacia la zona de los hechos, el fenómeno de Bélmez es difícil de concebir por la "fuerza bruta" de la psiquis de una única persona. 

El cuerpo humano tiene un promedio de 440 Hz, (que obviamente no se considera "ultrafrecuencia") pero existe un sin fin de actividades celulares, especialmente en las neuronas, que estando en rangos muy diferentes, se corresponden en la escala vibratoria universal con esas octavas tan bajas del orden de unos pocos Herzios. Igual ocurre con todos los seres, pero también con los minerales y con casi todo cuerpo en el espacio. Se puede analizar un cristal de cuarzo y se verá que tiene exactamente 440 Hz, sin embargo, si se analiza arqueométricamente (con aparaterío un poco más caro) se comprueban radiaciones hasta en 35.200 Billones de c/s, o sea unos 35.200.000 Ghz. 

Más allá del ultravioleta y cerca de los Rayos X. Aquí ya estamos en el umbral del plano Astral, aunque aún no del cuerpo Astral humano. Pero haciendo un poco de cálculos, considerando que la pérdida espectrométrica del cuarzo es aún de menos de la mitad (media vida) en ese rango, debemos deducir que el cuarzo tiene una radiación que llega, -siguiendo la progresión de la media vida- al orden de los quintillones de Hz, entonces aquí llegamos al nivel de los rayos Gamma y un poco más. Cuando los minerales entran en resonancia con otras manifestaciones energéticas, dichas manifestaciones pueden densificarse, es decir: Pueden recorrer la escala vibracional en sentido contrario a la radiación, en la misma proporción que dicha radiación alimenta a la manifestación energética. En realidad, un simple fenómeno cibernético de transducción, en el que el mineral aportaría la energía y la forma astral densificaría su expresión hasta plasmarse ¿Dónde?: En el sílice del cemento. ¿Por qué en el sílice?. 

Porque el cuerpo astral humano tiene aproximadamente las mismas "notas" de la escala que el cuarzo y que el cuerpo humano físico. Sería muy raro encontrar un fenómeno de este tipo en maderas o metales; en tal caso habría que hablar de teleplastia, más que de psicoplastia astral. Si María Gómez Cámara no tenía realmente nada que ver con el proceso, estaremos ante una fenómeno PARANORMAL muy natural (por lo espontáneo, a pesar de lo raro) en que una serie de cascarones astrales -sería muy difícil que fueran seres conscientes- se han hecho visibles, densificándose hasta el orden vibratorio del sílice y en sintonía con éste mineral. Si María obraba de alguna manera, aportando algún elemento a la transducción y al comportamiento de los cascarones astrales (mi criterio es que así era, pero sólo como coadyuvante) y las caras se empiezan a borrar, podríamos hablar de un fenómeno PARAPSICOLÓGICO, aparte de ser simplemente "paranormal". 

En este caso sí que podría tratarse de Seres conscientes que estando en el Astral han podido ser alimentados bioenergéticamente por María y de allí su relación con ella. Pero en cualquier caso, y aún suponiendo que mi teoría estuviera completamente errada en sus causas, hay allí una cuestión FISICA, visible, en que la materia (el cemento) ha variado su coloración, permitiendo una forma de expresión desde el astral al físico. 

EL AGUA: A veces su incidencia es benéfica y otras dañina. 
El agua, encima de sus características minerales, tiene una movilidad que le permite traer, según los minerales por los que atraviesa, cargas de iones pesados (acción dañina para los que vivan donde éstos se amontonan), o de eliminarlos de un sitio determinado, arrastrándolos hacia otros puntos (acción benéfica para los que vivan sobre el agua circulante, donde ésta no deposita los iones). Por lo general, las napas subterráneas que vienen desde lejos o las afloraciones, son muy benignas, excepto cuando hay mucho hierro, casiterita, plomo o cobre. 

El problema lo producen las napas de inmersión cercana, las cañerías o cualquier conducto artificial, etc., porque el agua que sube a la superficie adquiere muchos iones positivos (pesados) y los arrastra hasta ciertos "remansos". Pero aparte de esto, en el caso de Bélmez, independientemente de lo que pueda ser dañino o benéfico para la salud humana, casi siempre el agua subterránea facilita los fenómenos relacionados al plano Astral. Alquímicamente, el Astral es "agua". Uno de los posibles usos de la Pirámide de Keops era la permanencia para revitalización, mientras se salía en astral (el faraón y los sacerdotes). ¿Qué tenemos en la Cámara del Rey?. Pues una pila de agua (que sólo los cortos de capacidad deductiva pueden llamar "sarcófago"). 

En todo caso pudo usarse como bañera, puesto que el agua es "alimenticia" para el astral, y ayuda a mantenerse en ese plano más tiempo sin perder consciencia, así como ayuda a ciertos cascarones astrales a permanecer más tiempo vigentes. No es así con el agua de mar o con aguas freáticas muy mineralizadas, sino con el agua más o menos pura. En Bélmez, si hay una napa cercana, constituiría un elemento muy importante en este estudio. Sobre todo si más abajo del sitio de los huesos, hubiera un pequeño lago o remanso. Aunque el agua allí se renovara, los remansos son sitios de acumulación de iones pesados, las corrientes magnéticas telúricas hacen ziceos (en especial las Líneas de Hartmann, si las hay medianas), lo que produce la desorientación y otras alteraciones cerebrales. Esperemos que los investigadores que están sobre el caso, puedan conseguir buen material geológico.

 Granada Ramiro 

No hay comentarios:

Publicar un comentario