lunes, 25 de febrero de 2019

EL LEÓN Y EL CHACAL



En cierta región de un bosque vivía un león llamado Kharanakhara que corriendo un día hambriento por todas partes no pudo cazar ninguna bestia. A eso de la puesta del sol, llegó a una gran cueva, entró en ella y pensó: —Seguramente que algún animal vendrá a pasar la noche en esta cueva; de modo que me voy a quedar aquí escondido. Estando allí en tal situación, llegó el dueño de la cueva, que era un chacal llamado Adhipuchchha, el cual miró y vio las huellas del pie de un león que había entrado y no salido de la cueva. Entonces pensó: —¡Ah!, perdido estoy; seguramente que aquí dentro hay un león. 

¿Qué hago? ¿Cómo he de huir?. Pensando así y sin moverse de la puerta empezó a gritar: 
—¡Eh, caverna! —Dicho esto, añadió de nuevo
— ¿ignoras que tienes un pacto conmigo, según el yo te he de hablar al venir de fuera y tú me has de responder? Si no me respondes, pues, me voy a otra gruta. 

El león al oír esto pensó: —Sin duda que la caverna invita a éste siempre que viene y hoy se calla por temor a mí. Pues se ha dicho esto: 
"Cuando el miedo oprime el corazón, quedan sin poder obrar las manos, los pies, la lengua y demás; el temblor es el único que domina"

Voy, pues, a llamarle yo para que entre y me sirva de comida. Habiéndolo pensado así, le llamó. 
El rugido del león llenó todo el ámbito de la caverna, retumbando en ella cien veces; de tal modo, que puso en fuga hasta las bestias que estaban lejos. 
El chacal huyó enseguida a todo correr y recitó esta zloka: 

"Quien procede con cautela vive feliz, y no vive el que obra sin discernimiento. 
Yo me he hecho viejo viviendo en el bosque, y nunca he oído que una cueva hable"

PANCHATANTRA

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