La Mente como Principio Universal no ha de confundirse con el
cuerpo Mental y su manifestación física que es el cerebro, como aparato
natural que nos une a ella. Por eso intentaré dar una explicación a partir
de algunos procesos. (Ver la imagen de cuerpo mental en contraportada)
Nuestro cerebro no es quien tiene las ideas, sino que es el
instrumento con el cual el SER que tiene Ideas, les da forma, imagen,
concepto, medida, etc.. Los cambios físico-químicos son básicamente un
EFECTO de la manifestación de una Idea. Pero una vez establecidos en
el cuerpo Mental, pasan también a ser CAUSA en la producción de
sucedáneos de la Idea. Por ejemplo: hábitos, creencias, parámetros
tomados como "conocimientos", que pueden o no ser correctos en otra
situación.
Las Ideas provenientes del Ser son algo muy complejo.
Podríamos decir que las Ideas Primordiales en su manifestación pura,
son los SENTIMIENTOS (no confundir con pasiones o emociones). El
cuerpo Astral tiene una constitución material muy maleable, a la vez que
actúa como conversor, que transforma esos Sentimientos en Ideas
aplicables al plano mundano.
El cuerpo Mental (Inferior, físico, que hay que diferenciar del Alma,
puesto que ésta es la Mente Superior), aporta lo suyo en relación a las
funciones de la maquinaria biológica (cerebro). Entonces la Idea-
Sentimiento se convierte en una Idea-Mundana (un plan, un proyecto, un
objetivo, etc.). Todo esto ocurre en un proceso de ralentización de
vibraciones, pero cuando no hay distorsión en el cuerpo Astral, el
producto -manifestación mundana de la Idea-Sentimiento- es perfecto,
acorde a los objetivos del Ser Verdadero.
Cuando -en cambio- el Astral está infestado de bichos (yoes
psicológicos) la Idea-Sentimiento se transforma en emoción y/o en
pasión, con propensión (por causa de la inercia mental) en una obsesión,
en cavilación y diversas patologías, cuya raíz será siempre ese "yo
psicológico" (o un complejo, es decir un conjunto de ellos), que tienen
tres formas de manifestación: miedos, odios y vicios. Los tres factores
generadores de Karma negativo. Pero no resulta posible sacarse de
encima estas pestes sin el concurso pleno de la mente, por es que en
primer término, el Ser ha de tomar absoluto control de este instrumento,
y para ello es imperiosamente necesario diferenciarse de ella. La mente
(cuerpo Mental), dada la complejidad de sus funciones y poderes, creer
ser ella misma el Ser verdadero.
En un estadio primitivo de la evolución humana, hay poca
diferencia con el animal, puesto que el individuo cree ser un cuerpo
físico.
Luego, al desarrollar el intelecto y darse cuenta que la mente, con
sus conocimientos, capacidad de percibir, memorizar, razonar, imaginar
y -mediante estas funciones- puede determinar la propia vida, curar el
cuerpo, construir cosas o destruirlas, dominar el medio y hasta dominar a
otros, pues el individuo cree ser una mente. Pero mientras permanece en ese estadio, apenas se da cuenta que en realidad sus procesos mentales
están siendo guiados por Sentimientos en el mejor de los casos, y por
emociones y pasiones en el caso peor, tal como ocurre a la mayor parte
de la actual humanidad. Absolutamente todos los problemas de esta
humanidad -tanto en lo individual como en lo colectivo- responden a la
siguiente causa: Los yoes psicológicos tienen el control de la mente.
Y como estos parásitos raramente están solitarios, ocurre que
gobiernan por turnos, según las circunstancias, entonces el hombre
piensa de una manera hoy y de otra completamente mañana.
A veces se
recapacita y se toma conciencia de haber dicho u obrado malamente, se
rectifica al día siguiente, pero luego se vuelve a caer en lo anterior.
Entonces tenemos el efecto de irresponsabilidad, pusilanimidad,
indiferencia, incoherencia y falta de confiabilidad en tales individuos.
La mente debería estar permanentemente sometida al Ego, de la
misma manera que el tablero de un vehículo lo está al conductor. Sin esa
condición es imposible conducirse correctamente en la vida y así es
como vive la mayoría, enfrentándose innecesariamente contra otros,
faltando a los más elementales deberes para consigo mismo, haciendo
cosas que arruinan sus mejores posibilidades.
En cambio los políticos, empresarios, economistas y gente que
alcanza cierta relevancia social, suelen tener una mente muy
disciplinada, pero desconociendo que el Ser verdadero no es la mente,
dejan que la misma sea conducida por los parásitos emocionales como
el "yo codicioso", "yo dominador", "yo vanidoso", etc., con todo el séquito
de otros parásitos psíquicos que los encubren, como la hipocresía, el
pretexto, la arrogancia (o falsa modestia, según la conveniencia del
momento), la charlatanería y todas esas "cualidades" que caracterizan a
los poderosos entre los mortales.
El hombre (varón o mujer) que desee ser realmente poderoso,
primero ha de aprender a dominarse a sí mismo. Luego no le será
preciso tener poder sobre nadie más, salvo que así lo exijan sus ideales.
Pero el primer paso para lograr ese Verdadero Poder, es darse cuenta
que el Ser verdadero no es la mente, como tampoco lo es el conjunto de
emociones. Una vez conseguido aunque sea por unos minutos esta
comprensión que ha de imprimirse para siempre en la mente, hay que
obtener el dominio absoluto de su propio cuerpo mental, para una vez
logrado un control básico de este aparato, proceder al control del cuerpo
emocional. Así se comprende que el cuerpo físico, el cuerpo mental y el
cuerpo Astral, enlazados los tres por el cuerpo Vital, no son más que un
vehículo, que debe estar a disposición del Ego libre de parásitos. Del mismo modo hemos de comprender que el Ego no es más que un
"reflejo del Yo Verdadero".
La Mente como Principio está presente en Todo. Incluso en los
planos más sutiles del Universo. Digamos que hasta los Principios y
Leyes que rigen la dinámica universal, descritos en la TABVLA MÁXIMA
HIPERBÓREA del Libro “Testamento de Todos los Tiempos”, es
producto de una Mente Suprema.
Nuestra Mente Humana (cuerpo
mental) es un vago reflejo de esa Mente Universal, pero que cuando
funciona en perfecto equilibrio de Amor, Inteligencia y Voluntad, sirve
para que evolucione su dueño.
Si creyésemos que la mente es sólo un producto de las funciones
orgánicas, caeríamos en la psicología Freudiana, para la que somos un
producto de la "casualidad", del azar natural, compuestos de un montón
de carne con ojos y un puñado de emociones y pensamientos, retorcidos
-para colmo- porque nuestra madre no nos dio la teta o nos la dio
demasiado. Esa concepción materialista de lo que es el Ser Humano se
debe a una falta total de comprensión de la Naturaleza, a un desprecio
de todas las referencias históricas y culturales sobre la existencia de
"algo más", y finalmente a una falta de lógica aplicada a la psicología.
Sin embargo cabe tener en cuenta que el cuerpo mental que
usamos, es decir el conjunto de información en el plano mundano, como
razón, imaginación y memoria, desaparece cuando se muere el "disco
duro" (el cerebro), pero afortunadamente, no somos tan sencillos como
un ordenador ni es nuestro cerebro y sus programas, tan deficiente como
los sistemas operativos del mercado.
La desaparición del cuerpo físico y el mental no implican la
desaparición del cuerpo Astral ni la pérdida de la memoria del Alma,
aunque el Ser tenga grandes dificultades en acceder a ella cuando tenga
un nuevo cuerpo. Si se consigue plasmar suficientemente los
conocimientos más importantes en el Astral purificado, podemos usar
éste mismo para encarnar de nuevo, y todo el conocimiento allí
almacenado se transferirá al nuevo cerebro poco a poco. Los dos
cuerpos Astrales (el que no murió y el inmanente en la nueva estructura
genética) se fundirán en uno sólo poco antes o poco después de nacer.
Esto ocurre porque el cuerpo Astral es también parcialmente mental. Su
constitución de materia magnética tiene todas las propiedades del cuerpo
mental que se abandona al morir, aunque no se pueda razonar en Astral,
por falta del aparato cerebral.
No obstante el Alma, que es la Mente Superior, razona, imagina,
memoriza, crea, decreta, hace y deshace infinitamente más que un cerebro encarnado. Pero para evolucionar necesita MANIFESTARSE. Y
lo hace a través de un Ser Viviente, que tiene un Ser Yoico como
intermediario (el Ego). Y no confundamos el verdadero Ego, con los
falsos egos o yoes psicológicos. Advierto especialmente contra aquellas
doctrinas que invitan a "la destrucción del Ego", con lo que sólo se
consigue producir una despersonalización y serios problemas
psicológicos. El Ego debe ser purificado, liberado de los falsos egos,
pero no debemos intentar (igual no podríamos lograrlo) destruir el Ego,
que es el nexo entre el Alma y los cuerpos mundanos.
He tenido varios pacientes -especialmente de sectas
pseudobudistas- que con aquello de disolver el Ego entraron en fase de
despersonalización, luego inercia mental y finalmente en algo parecido al
deliriums tremens. Los "gurúes" que dan recetas "místicas" a los
problemas existenciales y psicológicos suelen ser análogos a un
oftalmólogo que ante un problema de la vista me dijera "arráncate los
ojos".
Disolver al verdadero Ego es muy difícil, porque es un órgano
psíquico (representado en la palomita del "Espíritu Santo") que actúa
como mensajero entre el Alma y todos los aspectos del vehículo
mundano. Pero el intento equivaldría a destruir el tablero de mandos del
vehículo.
Intentaré usar la Ley de Analogía y la Didáctica comparativa para
aclarar definitivamente este importante tema del Ego: Digamos que el
Ego Humano no es el Verdadero Ego, pero es un Instrumento, que
debemos limpiar de sus parásitos y distorsiones para utilizarlo mejor.
Igual que los ojos. ¿Les quitamos las lagañas o los arrancamos?.
Un Ego purificado no es en modo alguno, un obstáculo para
alcanzar la "identificación con la Divinidad". Cuando se tiene la
Iluminación (Subud, Shibumi o como quiera llamarse al contacto con la
Consciencia Universal), justamente es el Ego quien tiene la experiencia,
es el Ego el que "sube" hasta el Ser Verdadero, y allí se pierde noción de
separatividad, siendo "Uno con el Todo". Pero esta experiencia sólo
puede verificarse estando en vida, con la conciencia humana pura, que
llamamos Ego
El Yo Divino es el Ser Auténtico, que nunca muere. El Alma es la
Mente Superior, en la que se almacenan los conocimientos y
experiencias del Yo Divino.
Cuando la persona física y mental (mente
inferior) muere, el Ego Humano permanece en el cuerpo Astral. Pero si
éste muere, el Ego Humano Inferior muere también.
No obstante, es conveniente mantener el mismo instrumento (o
los mismos, el Astral y el Ego son inseparables). Y mientras más purificado, si se reencarna sin tener que forjar un nuevo Ego Humano,
porque se lleva el mismo Astral, mejor funcionará todo, más fácil será el
acceso del Ego Humano hacia el Alma y su memoria, más fácil se
aprenderá todo, más fácil será hacer la Catarsis y más fácil se harán
todos los procesos de predisposición a la Ascensión. Muchas cosas del
aprendizaje serán como "recordar", y con unas pocas pautas "sabremos"
(recordaremos) lo demás.
O sea, que si vamos a eliminar los FALSOS EGOS, no puede ser
necesario erradicar al Ego Verdadero; como si vamos a limpiar las
lagañas, sería una estupidez arrancarnos los ojos.
En conclusión, es de darse cuenta que mucho antes de surgir un
intríngulis químico en el cerebro, hay una serie de observaciones,
apreciaciones, cálculos y elecciones que realiza el Ego. También es
cierto que tenemos una serie de dispositivos automáticos (establecidos
genéticamente o aprendidos), que disparan la producción de "ideas
cerebrales" junto con diversas hormonas y otros compuestos.
Esas ideas
ya están previamente establecidas en el conjunto corporal como
"instintos". Pero sí podemos manejar ésto, modificando las reacciones
con una disciplina, eligiendo cómo debemos sentir y/o reaccionar ante
una determinada circunstancia, entonces no somos ese cacho de carne
con pensamientos producidos por la química, que nos proponía Freud.
Bien podemos decir que el cuerpo Físico es el coche, la mente es
el tablero de mando (sofisticado, computarizado y con todas las
virguerías, pero sólo un instrumento). El cuerpo Astral es una parte del
vehículo, más sutil, sofisticada, maleable, adaptable y completa, que
permite al Ser subsistir en él después de la muerte, así como
desplazarse fuera del cuerpo físico con mayor o menor conciencia (viaje
Astral). Una especie de "minisub", pero que en nuestra desgraciada
condición de mortales, nos sirve (al Ego real) para no hundirnos en la
tumba con el vehículo completo.
No podemos razonar en el Astral a falta del "disco duro", pero
cabe aclarar que los Seres muy desarrollados, Magos con algunas
encarnaciones con el mismo Astral, consiguen desarrollar una parte de
este cuerpo, que actúa igual o mejor que el cerebro físico, aún sin
muchas de las limitaciones de éste.
No se trata de auténticos
razonamientos como los que se hacen con el cerebro, sino del uso de la
memoria para elegir y combinar alternativas. Si en Astral no se puede
razonar e imaginar, sí se puede perfectamente recordar, elegir en base a
la experiencia acumulada en la memoria, decidir y -hasta donde lo
permite la naturaleza física- actuar.
Pero son muy pocos los casos de personas que alcanzan altos
grados de capacidad Astral, porque generalmente se consigue la
Ascensión en la tercera o cuarta encarnación con el mismo cuerpo
Astral, y muchos lo hacen en la segunda. Unos pocos, necesitan varias
encarnaciones más sin perder el Astral, para poder Ascender. Eso varía,
según el Karma de Relación que acepten tener con la humanidad mortal.
Otros, en cambio, preferimos evitar la Ascensión mientras podamos, sin
caer en la involución, merced a una elección combativa en favor de
ayudar a la Humanidad hasta donde nos sea posible.
En esos pocos casos (como hacía el escritor chino Lin-Yutang)
que pueden razonar estando en cuerpo Astral, el Principio Mental se ha
fortalecido junto con el cuerpo Astral. No obstante, tampoco esa mente
es "determinante" de acciones o reacciones, decisiones, etc., sino que
quien ELIGE y DETERMINA es el Ego.
En fin, que no dejaré de aclarar sintéticamente el asunto de la
Mente: El Principio Mente es Universal e inmanente a todo cuerpo o
individualidad en el espacio, cualquiera sea su rata vibratoria. Esa es la
MENTE DE DIOS. El Alma es la MENTE SUPERIOR del individuo
(mineral, animal, humano, Kristo, Deva o Ángel). El cuerpo mental
(mundano y sujeto al físico) sólo es parte de una máquina. Delicada
pero fuerte. Es análoga al campo magnético del disco duro de una PC,
con su sistema operativo, sus programas e información acumulada. No
es invulnerable y hay que cuidarla. (la mejor fórmula para ello es usar el
sentido común y no hacer burradas místicas). Esta Mente es causante de
la mayor parte de las reacciones químicas del cerebro y de todo el
cuerpo, así como es afectada también por las patologías físicas.
Opera
en diversos planos, muchos de los cuales no son perceptibles para el
Ego en forma directa (operación subconsciente y en parte manifestada
en el cerebro límbico).
Otras actividades subconscientes suelen ser tan desconocidas
para el Ego, que la mente termina creyendo que ella -simple máquina- es
el verdadero Ser. Y con un poco de "cuerda mística" al estilo del "Yo
Soy" mal interpretado, se termina creyendo Dios Único, en vez de
entender la Divinidad Inmanente en todas la cosas y Seres. Podemos -y
debemos- usar la mente para Trascender, pero ella no conoce el Amor ni
la Voluntad. Sólo trabaja en el campo general de la Inteligencia. Pero la
Verdadera Inteligencia la tiene el Ego, que es el conductor, como reflejo
individualizado del Alma.
Si ponemos a vagar la mente, ya sea a su aire o guiada por
nuestras ensoñaciones más o menos inconscientes y sin propósito
definido, caemos en lo que ya he explicado, de masturbación psíquica que no conduce a nada bueno.
La mente debe trabajar siempre sobre lo
objetivo y hay que darle la satisfacción de entender las cosas
lógicamente. Así nos aseguramos de comprender la Verdad sobre lo que
vivimos en lo emocional, ya sean cuestiones mundanas, esotéricas,
paranormales o espirituales. Si se quieren hacer "ejercicios místicos", mi
recomendación es que se tenga mucho cuidado, que se diseñen
objetivos claros y no se hagan cosas sin sentido o sin método. No hay
mejor espiritualidad teórica que el estudio de la Ciencia Esotérica, ni
mejor espiritualidad práctica que servir a los demás Seres con prudencia
e infinito Amor.
Un buen ejercicio "mísitico-mental" es dar un salto... y luego varios
más... y luego muchos más, hasta estar muy cansado de saltar... Para no
olvidarse de tener los pies en la tierra ;-)
Para entender mejor el funcionamiento de la mente y su relación
con el Astral y el Alma, veamos algo sobre los Arquetipos y arquetipos.
Ramiro de Granada
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