”Velados
por oscura nube, los astros no pueden difundir su luz. Si el océano se ve
agitado por las furiosas olas que el Austro desencadena, la linfa, antes pura y
semejante a un día sereno, se mancha con el fango removido y no deleita al
mirarla. El torrente salvaje que baja de las alturas con frecuencia va a chocar
con los peñascos desprendidos de la montaña desmoronada...
”Tú,
igualmente, si quieres percibir la verdad en todo su fulgor y avanzar por el
camino recto, deja a un lado las bulliciosas alegrías, aleja de tu corazón el
temor, desecha la esperanza, ahuyenta todo dolor. Bajo el dominio de esas
pasiones, pesada niebla se cierne sobre el espíritu, que se siente como atado
con fuertes cadenas.”
BOECIO
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