martes, 19 de julio de 2016

Respira



La respiración es la propia mente; 
la propia mente hace la respiración. 
Una vez que se agita la mente, hay energía. 
La energía es esencialmente una emanación de la mente.
Nuestros pensamientos son muy rápidos; 
un simple pensamiento casual se produce en un momento 
y a él responden una expi­ración y una inspiración. 
Por ello, la respiración interna y la respiración externa 
se acompañan mutuamente como el sonido y el eco. 
En un solo día uno respira innumerables veces, 
e igualmente tiene innumerables pensamientos al azar. 
Cuando la luminosidad del espíritu se ha agotado totalmente
uno es como un árbol desnudo o como cenizas muertas.
        ¿Acaso no deberían tenerse pensamientos? 
         Es imposible no tener pensamientos. ¿No debería respirarse? 
         Es imposible no respirar
         Nada es comparable a convertir la misma enfermedad en medicina, 
         lo que significa hacer que mente y respiración 
         reposen mutuamente una en la otra. 

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