martes, 26 de julio de 2016

Guerrero



Mantente ajeno a la batalla que empieza, y aunque tú pelees, no seas el guerrero.
Busca al guerrero y deja que pelee en ti.
Recibe sus órdenes para la batalla, y obedécelas.
Obedécele, no como si fuera un general, sino como si fueras tú mismo, y como si sus palabras fuesen la expresión de tus secretos deseos; pues él es tú mismo, aunque infinitamente más sabio y fuerte que tú.

Búscale antes de que en el fragor y fiebre de la batalla puedas dejar de percibirlo; pues él no te reconocerá a menos que tú le conozcas. Si tu grito llega a su oído atento, entonces luchará en ti y llenará el triste vacío del interior. Y si esto sucede, entonces podrás permanecer durante la batalla sereno e infatigable, manteniéndote apartado y dejándole pelear por ti.

Entonces será imposible que des un golpe en falso. Pero si no lo buscas, si pasas a su lado sin percibirle, entonces no hay salvaguardia para ti. Tu cerebro se turbará, tu corazón se tornará irresoluto, y en medio del polvo del campo de batalla, tu vista y sentidos se oscurecerán; y no distinguirán tus amigos de tus enemigos. Él es tu mismo; sin embargo, tú eres finito y sujeto al error. Él es eterno y seguro. Él es la verdad eterna. Una vez que haya penetrado en ti y se haya convertido en tu guerrero, jamás te abandonará por completo, y en el día de la gran paz, él y tú os convertiréis en uno.

COLLINS MABEL

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