jueves, 20 de octubre de 2016

La Mente



¡Cuán extraordinaria es la mente! Tan vasta que Modo lo abarca, tan sutil que todo lo penetra. 
Su incremento no provoca el exceso; su disminución no provoca la carencia.
Silenciosa, funciona con espontaneidad; serena, responde con habilidad. Sin correr, es rápida;
Sin ir, llega a cualquier sitio. El lugar o la materia no pueden restringirla; las medidas y los números no pueden sondearla.

Está claramente allí, en medio de las actividades cotidianas, pero los estudiantes no logran verla porque están atrofiados por sus emocionales pensamientos, obnubilados por su afán de ganancia. En el aspecto sutil, viven coaccionados por la creación, la subsistencia, el cambio y la extinción; en el aspecto más burdo, viven coaccionados por la tierra, el agua, el fuego y el aire. Olvidándose de sí mismos, persiguen todo género de cosas; abandonan lo real y persiguen lo artificial. Y finalmente acaban desapareciendo de modo irrevocable, todas las personas son así.

Si logras disipar los velos de la mente, restablecer la raíz de la naturaleza y percibir con claridad la mente en medio de la vida cotidiana, en este caso las emociones, los pensamientos y los deseos, la creación, la subsistencia, el cambio y la extinción, la tierra, el agua, el luego y el aire llegarán a ser tus propias funciones sutiles.

Ch'ih-chueh

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